Como he redactado en el diario, el último día de clase les presenté las ceras blandas y la técnica pastel. Este último lo tomé de mi casa para llevarlo al colegio y las ceras blandas estaban en los materiales de la clase, creyendo los niños/as que se trataban de pintura de cara. Uno de los errores que más encontramos en los colegios es, además de una falta de profesionalidad y uso de las enseñanza artística, una gran escasez de material. Dentro de las aulas parecen que sólo existiesen las ceras de colores, los lápices de colores, los rotuladores y el lápiz negro-goma. Aún así, de estas herramientas para el trabajo artístico no se saca nada de partido. De tal modo, nos encontramos con que nos se hace una observación sobre cómo el tipo de material incluye en la técnica de trazo, en el material de soporte o en el estilo de dibujo/ilustración. Mi propósito con esta actividad fue ese que los niños/as observasen la diferencia entre las distintas técnicas. La experiencia fue muy agradable y los alumnos/as se quedaron muy sorprendidos con estas dos técnicas. Especialmente, la que más gustó fue el pastel, por la novedad, el poder difuminar y los colores tan llamativos.
La paciencia en el profesorado
Esta semana en mi labor como docente he cometido varios errores derivados de una gran falta de paciencia sumada a la tensión porque terminaba mi periodo de prácticas y no había llevado a cabo todo lo propuesto: caí en los ritmos acelerados e industriales de la educación tradicional. Ha sido en esta semana donde he observado como, a pesar de tener otro tipo de ideología, mi propia experiencia educativa me ha hecho tener un papel del docente que no es el que considero correcto. Durante esta semana he elevado la voz cuando no me escuchaban, he fruncido el ceño, he dado más importancia a continuar con el contenido que a disfrutar con el mismo...En definitiva, he llevado una praxis que se aleja de la maestra que quiero ser. Esto se me queda este curso como tarea pendiente, aprender a controlar y a buscar nuevos caminos, nuevos métodos que no impliquen ningún tipo de jerarquía.
Las consecuencias de los malos actos en los niños/as
Relacionado con lo anterior nos encontramos los castigos. Esta semana he visto como niños de mi clase se quedaban castigados por malos comportamientos, aunque siempre reflexionando con ellos sobre sus actos y que éstos tienen consecuencias negativas. En parte, veo cierta relación con el mundo real, ya que si yo cometiera un delito tendría una multa. El problema es cuando veo al mismo niño con el que se ha reflexionado cometer otra vez el mismo error, ni el castigo ni la reflexión han tenido un resultado positivo (aunque claramente esto también requiere su tiempo). Pero yo me pregunto: si con el diálogo no consigo ver resultados, ¿qué opciones existen para hacer a un alumno/a recapacitar? Esta pregunta parece estar justificando los castigos en el contexto en el que se encuentra pero nada parecido a eso, de verdad me interrogo sobre métodos de aprendizaje de comportamiento tipo social (agredir, insultar, malos habitos...). Otra tarea más pendiente con la que me quedo este curso en vista a mi futuro.
Siguiendo con el tema de los castigos, yo esta semana dejé a dos niños/as conmigo en el momento que dije el día 15 de Marzo "si no lo lees ahora te quedas conmigo a las 14 leyendo". Esta frase fue una copia de los métodos que había observado en la tutora. Yo realmente, como ya dije en el diario, pensaba que remodelaría su actitud y se comportaría bien pero, no fue así. ¿Por qué no es correcto este método? Simplemente, es una amenaza. El alumno o alumna se queda con dos opciones: o es sumisa y asiente o se revela. Aquí no existe cabida a la reflexión del alumno/a sobre sus actos, por lo que realmente no está aprendiendo de ellos. Esta reflexión que ahora me parece obvia, en su momento por no autointerrogarme sobre qué voy a hacer, cómo y para qué, no me lo pareció y simplemente lo vi como un "camino". Por eso es tan necesario como docentes hacer una reflexión profunda y continua sobre cada acto ya que, todos están cargados de información que a veces ni vemos ni queremos.
El uso de la fotografía para narrar
En el día 16 de Marzo descubrí una metodología muy interesante que tiene como eje principal la fotografía. Me estoy refiriendo a la exposición que nos ofrecieron las niñas y niños de 5 años. A través de las fotografías que hicieron vemos como descubrieron la cámara, los diferentes enfoques, el zoom, para posteriormente, observar como fotografiaban según sus inquietudes. Finalmente, todo este aprendizaje desembocó en presentar la ciudad de Málaga mediante imágenes y, además, hicieron la comparativa entre fotos de ayer y de hoy, observando como había cambiado todo. Es muy interesante ver como un recurso tan valioso y con tantas posibilidades apenas se ha tomado como un recurso didáctico. Esta actividad me ha parecido muy interesante y espero en un futuro poder realizarla como mi grupo-clase.
Las desigualdades de género
Hace unas semanas aplaudía como el racismo apenas está presente en las aulas del colegio, aunque existiendo momentos de peleas entre alumnos/as que recurren a ello para el insulto, por lo que aún hay mucho por trabajar en este terreno. Pero, quitando eso, la convivencia escolar no se ve marcada por connotaciones negativas asignadas a las diferentes etnias y, al contrario, esto sirve como un recurso valioso de educación.
Esta semana me propuse a mirar en el recreo no según las culturas, sino según el género. El resultado fue ver a niñas y niños jugando por separado y, además, las actividades realizadas por cada uno de los géneros en armonía con los estereotipos establecidos: los niños jugando al fútbol la mayoría y, las niñas, casi todas con juegos que requerían poca movilidad, exceptuando las de curso más pequeños.
Las desigualdades de género son una cuestión que debería ocupar un lugar muy importante dentro del trabajo diario escolar. Se dedican días (día la mujer) y apartados dentro de la explicaciones (mujeres en la música, mujeres en el arte...) pero, ¿esto es positivo? Obviamente no, todo lo contrario, se acentúa más la diferencia. La escuela funcionando actúa muy correctamente en este terreno: los grupos de trabajo tienen niñas y niños por igual, el habla de los profesores menciona a la mujer de forma constante al igual que con el género masculino...¿qué falla entonces? Supongo que el problema viene de afuera: los medios de comunicación, las vivencias, los anuncios...Todo ello ha construido un esquema mental en los niños y niñas que es muy complicado deshacer.
La solución es complicada porque, si la organización de juegos y grupos en el recreo es hecha por los docentes, estamos quitando al alumnado su libertad de elección en cuanto al ocio, que debería ser algo personal. Pero tampoco podemos obviar la realidad sin hacer nada al respecto. Yo intentaría participar en los grupos de recreos, de forma totalmente lúdica, pero poco a poco rebajando la desigualdad. Por ejemplo, proponer un juego que conozca que a todos y todas les gusten y animando a diferentes niños y niñas a participar.
Las emociones: una asignatura
El horario escolar plantea dos días a las semanas en la que las clases tienen una hora con la profesora especialista en pedagogía terapeútica. Durante esta hora, según la clase lo requiera, se trabajan diferentes cuestiones propias de la psicología humana. En mi clase se trabajan las emociones, realizando una gran labor. Pienso que la psicología humana debería ser algo recogido por la legislación educativa.
La educación ha dejado olvidada una de las inteligencias humanas que más falta hace en esta sociedad: la afectiva, el control emocional, la comprensión hacia los demás, el respeto...Esto no se trabaja haciendo un día por la paz en la que todos gritamos viva el amor, es un trabajo continuo. Creo que a ninguna persona se le ocurriría trabajar los contenidos aritméticos únicamente celebrando el día de la aritmética, ¿por qué aquello que tiene que ver con el bienestar social y personal sí? Esto es un fruto más de la ideología que piensa que el ir al colegio es consumir conocimiento y conocimiento además no humano, dándole el más mínimo valor a la psicología humana y al desarrollo de los niños/as como seres sociales con emociones. Tampoco pienso, pese al título, que deba convertirse en una asignatura, ya que defiendo que no debería existir la separación de las áreas de conocimiento: la solución es integrarla dentro del trabajo diario escolar, que esté presente en las reflexiones diarias y que se realicen didácticas en las que el alumnado muestre su parte afectiva.
Durante mi estancia en el colegio he observado varias veces que a alumnos (niños) se les ha castigado sin Educación Física. Esto me ha parecido muy mal, puesto que la connotación que se está añadiendo es que Educación Física no es una rama del saber. Pienso que es un menosprecio a la función educativa del trabajo psicomotriz de esta área de conocimiento y que, si debemos optar por métodos que no sean opresivos, mucho menos debemos optar por eliminar una práctica escolar al niño/a y mucho menos tratándose de una asignatura que, por lo general, muchas personas toman como ocio.
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